El Soneto XIII fue escrito por Garcilaso De La Vega durante el siglo XVII o siglo de Oro.
La obra está caracterizada por 14 versos endecasilabos en dos cuartetos y dos tercetos finales, siguiendo la estructura tipica del italiano Francesco Petrarca. El poeta recoge aquí el mito de Dafne, una ninfa.
Un día Eros y Apolo se peleaban para decidir quien fuera el mejor archero; Apolo, soberbio, decidió irse dejando Eros lleno de ira. El dios decidió vengarse con dos flechas, echando Apolo en los brazos de Dafne que, en cambio, lo rechazaba. En el soneto se muestra solo el desenlace de la historia: Apolo, enamorado de ella, la persigue y Dafne desesperada pide ayuda a su padre, el dios Peneo, que la transforma en un árbol de laurel. En la obra, con rimas consonantes, podemos entender la transformación rapida y violenta de la "mujer angel" (con tiernos miembros, piel clara, pelo rubio y ojos azules) en un árbol.
La poesia está dividida en tres partes:
- la prima incluye los dos cuartetos;
- la segunda incluye el primer terceto;
- por fin, la última parte incluye el segundo terceto con la reflexión del poeta donde él mismo trasfiere el sufrimiento de este mito al sufrimiento personal.
En hecho, el mismo Garcilaso se identifica con Apolo porque también él había sufrido por amor. El autor utiliza el denominado "io poetico" y observa la escena desde el cielo como podemos ver al verso 3 con el verbo "vi", primera persona del verbo "ver". Entonces, en el soneto hay una conversación en pareja en la que hay una contraposición de los adjetivos que subrayan la crueldad de la transformación. El primer cuarteto destaca el principio de la transformación y contienes partes del cuerpo humano a los versos 1 y 4 (brazos, cabellos) y partes del mundo vegetal a los versos 2-3 (ramos, hojas); al revéz en el segundo cuarteto hay a los versos 5 y 8 partes del mundo vegetal (corteza, raíces) y a los versos 6-7 partes humanas (miembros, pies), versos en el que se ve la voluntad del padre de Dafne. Los verbos que se refieren al mundo vegetal son verbos de transformación mientras que los verbos que se refieren a la ninfa son verbos de lucha. En los versos 9-14 se ve el dolor eterno de Apolo que llora a la vista de su amada sin pararse nunca. El dolor es eterno también porque él es un dios y entonces nunca muere. Pero, según la maladeción cada vez que Apolo llora el árbol crece, por eso en los versos 10 y 11 hay la figura retórica del paradoja donde el agua, osea las lagrimas, hace crecer el árbol; mientras que al verso 10 hay una cesura, osea una pausa en el medio del verso indicada por la coma. A final, en todo el soneto está el iperbato: una inversión del orden gramatical de las palabras.